Yo, yo misma y mi mala fama

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Between the lines.
Impulsos embravecidos como la mar, como un león furioso. Como un toro desbocado, ese corazón bañado en lágrimas amargas que ya nunca volverá a latir con el mismo desacompasado compás. Porque cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.

martes, 23 de julio de 2013

Historias de motel

Aquella tarde me prometió quedarse a mi lado mientras yo le amaba con todos los cauces de todos los ríos de todo el mundo. Recuerdo que mientras me llenaba la espalda de besos, yo le hablaba de amor, y al tiempo que me pegaba su cuerpo, yo le pedía quedamente al oído que fuera para mí. Nos miramos más tiempo del que hicimos el amor. Yo le apagaba los miedos mientras a ella le bastaba contados segundos encender los más profundos míos. 


Me mintió, huyó, no luchó, no sintió, no escuchó, no vivió.

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