Aquella tarde me prometió quedarse a mi lado mientras yo le
amaba con todos los cauces de todos los ríos de todo el mundo. Recuerdo que
mientras me llenaba la espalda de besos, yo le hablaba de amor, y al tiempo que
me pegaba su cuerpo, yo le pedía quedamente al oído que fuera para mí. Nos
miramos más tiempo del que hicimos el amor. Yo le apagaba los miedos mientras a
ella le bastaba contados segundos encender los más profundos míos.
Me mintió, huyó, no luchó, no sintió, no escuchó, no vivió.
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